jueves, febrero 25, 2010

Un cuento de René Avilés Fabila y el Viagra para el 25 de febrero

Lo bueno del viagra, me imagino, es que es azul y si uno se pinta se azul, casi puede ver el cielo. A mi eso de mirar unas hermosas piernas femeninas, ni me fú ni me fá .... me gustan las piernas de los hombres (sin medias); siento una adicción biensana por los artefactos masculinos que en vez de detener(ME) el corazón, lo hacen galopar por los caminos pasionales. Me gusta observarlos sobre todo en lugares insospechados: en el súper, en la librería... sobre todo en la librería, si ese hombre acaricia las hojas, las mira, las vuelve a mirar, toma entre serio y sonriente un libro y va a la caja a pagarlo como si fuera el último vaso con agua del desierto... entonces me lo quiero comer, me lo quiero llevar puesto y desearía que mirarme las piernas enfundadas en esas medias negras sea todo lo que requiera ... nada azul, ni para la buena suerte .... todo al color de la piel para hacer un homenaje a esos hombres y mujeres que sustituyen el viagra por algo que viene integrado ... el buen deseo .... y este regalo de René Avilés Fabila para abrir boca ..... ya casi termina febrero y es justo y necesario, como en el Evangelio hacer votos que no sean de castidad sino de besar hasta que la noche parta para irse a trabajar ... ¡haga la tarea!, será recompensando con más deseos ....

VIAGRA *

No hay mejor viagra que unas hermosas piernas (femeninas, por supuesto) enfundadas en medias negras. Causan adicción, pero no te detienen el corazón ni son peligrosas para la salud a menos que pertenezcan a una mujer casada.


* Publicado en Todo el amor II. Nueva Imagen, 2002. p. 265.

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